Marion Donovan era una típica ama de casa con un hijo que usaba pañales.
En 1946 los pañales eran de tela, y no resultaban muy eficientes para absorber los desechos del bebé. Los pañales provocaban rozaduras porque cuando la tela se empapaba, la orina se salía y lastimaba la piel del bebé. Por si fuera poco, había que lavar los pañales todo el tiempo.
Cansada por la ineficiencia del producto, Marion pensó en una solución. Tomó la cortina de plástico de su baño, se sentó ante su máquina de coser y tras varios intentos, obtuvo el primer diseño de una cubierta de pañal que no causaba rozaduras ni pellizcaba la piel del bebé. La cubierta de plástico se ajustaba al pañal de tela, evitando derrames desagradables. Marion agregó a su diseño broches para reemplazar los seguros de metal que se usaban con pañales de tela.
Marion llamó a su producto “Boater” e intentó venderlo a varios empresarios, pero nadie le hizo caso. Sin embargo, no se rindió: en 1949 usó su propio dinero para fabricar y vender el invento por su cuenta. Fue un éxito rotundo. Marion obtuvo la patente y la vendió en un millón de dólares.
Experimentando, se dio cuenta de que la cubierta podía mejorarse: con ayuda de especialistas, desarrolló un papel resistente y absorbente para mantener la orina lejos de la piel del bebé. Añadió el nuevo papel a su cubierta plástica y así creó el primer pañal completamente desechable.
Nuevamente llevó su creación a los grandes fabricantes, pero no encontró compradores. Tuvieron que pasar años para que una marca de pañales adoptara su diseño. Para entonces Marion había seguido inventando cosas y tenía muchas patentes por inventos. En 2015 fue reconocida en el salón de la Fama de los Inventores en Estados Unidos.
Marion Donovan pertenece a la Exposición Principal de Mujeres Inventoras y fue agregada por:
Asociación Mexicana de Museos y Centros de Ciencia y Tecnología (AMMCCYT)