Ann Makosinski vive en Canadá, pero mantiene contacto con amigos de su natal Filipinas.
Gracias a eso, Ann se percató de que ellos, como muchas personas en el mundo, sufren por falta de electricidad. En México, por ejemplo, más de dos millones de personas no tienen luz en sus hogares.
Ann tenía 15 años cuando participó en la feria de ciencias de Google con un proyecto llamado lámpara termoeléctrica, que es un invento inspirado por sus ganas de ayudar a quienes no tienen electricidad. La lámpara hace algo increíble: transforma el calor de la palma de la mano en luz.
Ann buscó en su diseño algo barato y accesible. Decidió utilizar el calor del cuerpo, una fuente de energía térmica. Pero nosotros generamos calor, no electricidad; por eso, el mayor reto de Ann consistió en encontrar la forma de convertir ese calor en electricidad.
Estudiando mucho, Ann se enteró de que existía algo llamado celdas Peltier. Estos dispositivos, basados en el efecto que descubrió el físico francés Jean Peltier, convierten el calor en frío, y en el proceso generan electricidad: justo lo que Ann necesitaba. Tras unos meses de pruebas terminó un prototipo con las celdas Peltier, un tubo de PVC y luces LED.
Su invento ganó el primer lugar de la feria gracias a su utilidad y a lo original del diseño.
Ann sigue desarrollando productos que aprovechan la energía térmica: también inventó una taza que transforma en electricidad el calor que escapa de las bebidas calientes para cargar la batería del celular. Actualmente, Ann tiene 19 años y estudia la universidad. Fundó su propia compañía, Makotronics Enterprises, cuya misión es solucionar en forma sustentable la falta de electricidad de más de mil millones de personas en todo el mundo.
Ann Makosinski pertenece a la Exposición Principal de Mujeres Inventoras y fue agregada por:
Asociación Mexicana de Museos y Centros de Ciencia y Tecnología (AMMCCYT)